19 ago 2013

Los efectos dañinos de la bossa nova

Si la recién fallecida Eydie Gormé lo tenía tan claro, siendo como era una cantante de mucho arrebato ¿quiénes somos nosotros para dudarlo? 

Pues sí, la culpa es de la bossa nova y si ella no lo dijo con más contundencia y prefirió ampararse en las ligerezas de la tonalidad poppy/yeyé es quizás por algo de miedo ante aquel monstruo carioca capaz de devorar todo lo musicalmente masticable.
Nadie duda del valor del género. Nadie duda de que era un desafío minimalista  a la extroversión sudorosa y descontrolada de la samba,  convertida en paradigma tópico de aquel enorme país en su versión hollywoodiense y frutera.
 

Pero seamos sensatos, el estilo creado por aquel triunvirato mágico formado por el diplomático juerguista y mujeriego, el tímido pianista de club y aquel extravagante guitarrista de voz susurrante tenía dos peligros: su aparente facilidad y su invitación para que cualquiera lo hiciese suyo incluso en circunstancias de lo más adversas. Ese nos dice aquel al que llamaban "Joãozinho da Patu" en un tema arquetípico aparecido en el LP inaugural del género.  
Aquella era una respuesta irónica y cargada de sentido contra los puristas que veían en la bossa nova una música susurrante que podía cantar cualquiera.  Una respuesta valiente y democrática pero peligrosa ya que por aquel agujero se podía colar cualquier bicho. 
Luego vino aquella célebre reunión neoyorquina donde un siempre extraordinario  Stan Getz, pero necesitado de aire fresco, tras ser seducido por el entusiasmo de su amigo Charlie Byrd pergeñó con el matrimonio Gilberto un álbum que reventó las listas de éxitos. Siendo Getz/Gilberto uno de los grandes hitos de la música popular de todos los tiempos tenía una trampa dentro: desde el momento en que Astrud con su vocecilla insignificante canta dos canciones en inglés abre la puerta a toda clase de insensateces.  Músicos y cantantes norteamericanos se lanzaron a la vorágine. El capo Sinatra lo tenía muy claro y vio negocio. La gran Ella Fitzgerald en su época tardía asumió aquel repertorio ya estandarizado. Hasta hoy en día las grandes voces y las mediocres han usado y abusado de la bossa nova, pero casi nunca respetando su espíritu. La bossa nova no es una música sexy aunque pueda tener su toque, ni un género para cantantes perezosas/os, ni un repertorio para night clubs en París o Las Vegas y sobre todo, su territorio natural es el  portugués, el idioma que le da sentido y relevancia.  Al menos, eso pienso yo.

4 ago 2013

¿Por qué arde el blues a 9 bajo cero?

Es todo un misterio de la naturaleza, pero con estos calores agosteños de media tarde, cuando todo el mundo anda perdido por ahí dormitando la siesta cerca de alguna playa,  no tengo demasiadas ganas de desvelarlo.
Nine below zero es una joya imperecedera de ese bluesman misterioso llamado Alex "Rice" Miller,  conocido por todos como Sonny Boy Williaamson II, un tipo al que le dediqué una entrada en su día y que como entonces, me sigue sugiriendo la figura de uno de esos viejos enterradores que aparecen  en los westerns polvorientos y crepusculares de las últimas décadas.
¿Es éste celebérrimo tema, que incluso ha dado nombre a un afamado grupo inglés, una de esas prueba de fuego que te permiten ser considerado un buen bluesman? Muchos hechos lo corroboran, ya que desde su aparición en More Real Folk Blues (1967), junto a otras piezas memorables de Williamson como Help Me o Bye Bye Bird, ha pasado a formar parte del repertorio de los más grandes 
Espero que después de estos vídeos mis amigos de este lado del mundo se sientan más frescos y los que estáis abajo, en plena invernía, podais descubráis las virtudes de los buenos refugios cuando afuera el frío puja por adueñarse de todo. Para estar más seguros podemos apretar un poco más y llegar a la friolera de los 10 bajo cero y ver lo que ocurre. Además en español, con una letra muy propia para estos tiempos y a cargo de un grupo pionero del género en España.

Y la actuación estelar de:

Archivo del blog